18 de noviembre a 2 de diciembre de 2009
PARTE II
Cinco días nos resultaron francamente escasos para visitar el parque nacional de Kaen Krachán (3), una inmensa selva en el norte de la península taimalaya, que se ramifica hacia Myanmar, el país vecino. Aquí habitan los últimos tigres de esta zona geográfica, y otros animales legendarios como el leopardo o el elefante, pero también una fabulosa variedad de aves que nos mantendrán entretenidos continuamente. La diversidad avifaunística de este lugar es tal que, a primeras horas de la mañana, hay algunos instantes en los que no se da abasto, al requerir nuestra atención diversos pájaros al mismo tiempo. Así, la observación de aves en la selva resulta una actividad un tanto estresante por momentos pero extremadamente divertida. Todos los días se ven aquí especies nuevas, y tras cinco jornadas, el ritmo diario de constatación de "bimbos" apenas decrece. Además, el paisaje, especialmente el de las zonas altas, es sin duda paradisíaco, como puede comprobarse en las siguientes imágenes:
La niebla inunda los valles en la selva de Kaen Krachán, foto tomada desde el área de Panoen Tong.
Vegetación espesa, en la zona de Ban Krang.
Árboles caídos, en un área de paso de elefantes.
Tarzán de los monos trepando por las lianas.
Durante estos días nos alojamos en el lodge Ban Maka, un bonito lugar ubicado a tan sólo 20 minutos en coche de la puerta de acceso al parque nacional. Es recomendable empezar el pajareo en este lugar antes de adentrarse en la selva, para familiarizarse con las aves comunes, dado que sus jardines están formados por un mosaico de hábitats que albergan una muestra característica de especies. El regente del lodge, buen conocedor de las aves locales, puede facilitar también el alquiler de un hide estratégicamente situado en un bebedero para realizar fotografías de aves difíciles de observar en otras circunstancias.
Pequeño embarcadero en el lodge Ban Maka.
La tercera parte de nuestra estancia la dedicamos a visitar el parque nacional de Khao Sam Roi Yot (4), alojándonos en el Dolphin Bay Resort, un hotel de vacaciones convencional pero muy próximo a la entrada del parque. Este enclave natural está constituido por un conjunto de empinadas montañas calizas rodeadas por zonas húmedas prelitorales de gran belleza, que alberga una buena cantidad de aves.
Pantanos de Thung Sam Roi Yot.
La luna asoma sobre la montaña, al atardecer.
Pantanos de agua dulce, al sur del parque.
Vaca con mainás grandes.
Finalmente, dedicamos el último día de nuestra expedición a visitar una pequeña parte de la populosa urbe de Bangkok, y nos centramos especialmente en el parque urbano de Lumpini (5), donde mejoramos las fotografías de algunas especies. Se trata éste de un buen lugar para familiarizarse con las aves comunes, que sería tal vez más adecuado para visitar antes de dar comienzo al itinerario ornitológico por el país.
Vista general del parque Lumpini.
Un cachorro de gato observa atentamente los movimientos de un enorme varano.